Intervención de Leonardo Juarez (historiador, militante comunista, integrante del Movimiento Rebelión Popular) en el acto de Homenaje al Che en la provincia de Salta.

Las estrategias de los poderosos en relación al CHE han transitado por una doble vía, anulación y apropiación, que a la manera de un operativo de pinzas buscan un común objetivo, la desaparición por vía de su muerte y el ocultamiento de su cuerpo y posteriormente trivialización mediante presentarnos un Che edulcorado, de consumo posmoderno, con presencia en remeras, librerías, discos y Shopping. Desmovilizar y desmoralizar al pueblo ha sido otro de los objetivos en torno a su figura eso explica, porque se lo muestra más en Bolivia y la Higuera, que en Santa Clara y la Habana, admirarlo, pero en el ámbito de la hagiografía como si fuera un santo, alejado de lo humano, inalcanzable para las personas de pie, para que nadie se atreva a seguir su ejemplo.

Hacer un repaso sobre la obra del Che trasciende largamente cualquier apunte, inventariar algunos de los temas que abordó requeriría mencionar mínimamente su concepción del humanismo comunista, su crítica al determinismo (subrayando el valor de la acción consciente de los hombres y mujeres como sujetos de la historia), su aporte a la teoría de la construcción del hombre nuevo, su insistencia de que las correlaciones de fuerzas no son eternas. La teoría del valor, y su concepción del poder popular como democracia popular son también aportes significativos que nos ha legado el comandante Guevara.

A 94 años del nacimiento del guerrillero heroico, la polarización socioeconómica que transita el mundo no ha devenido en una polarización sociopolítica, pero se empiezan a configurar marcadas tendencias del momento actual: en “el polo del capital”, su clase, su intelectualidad, sus partidos, están acotados a plegarse a la hegemonía del capital financiero internacional e impulsar donde quieran que controlen el poder un nítido programa neoliberal; una militarización en el plano político se les hace imperativa para poder imponer dicho programa en los “estados nacionales”; y la extensión de la guerra con su carga de destrucción y saqueo en el plano internacional. En síntesis una política más agresiva para preservar la dominación asumirán las elites. Del otro lado, la enormidad de las injusticias, los calvarios múltiples y cotidianos de marginados, excluidos y precarizados de mil maneras, nos exige el vigoroso rechazo del espacio confortable que brinda el escepticismo sobre las causas colectivas, y nos desafía con un imperativo categórico: como lo llamaba el che en su tiempo, uno, dos, tres Vietnam, que significa hoy el impulso de una insurgencia global contra el capital donde se vuelva a plantear con mucha pertinencia la enorme e imperiosa necesidad de restituir los horizontes más vigentes que nunca de nuestros grandes pensadores, luchadores, mártires y héroes que soñaron una sociedad mejor, más humana, más justa, un mundo nuevo sin explotados ni explotadores, contra la barbarie, por la Revolución y el Socialismo.

Desarrollar esta política requiere de algunas premisas que estuvieron en el centro de las preocupaciones, reflexiones y desvelos del Che, temas centrales como son el carácter del poder, el rol del estado, la soberanía nacional, la integración continental y el antiimperialismo, hoy tienen más vigencia que nunca , y nos obliga a la necesaria e imperiosa articulación continental de los revolucionarios, en momentos en que el repliegue norteamericano hacia lo que considera su patio trasero, y la genuflexión meliflua hacia la administración norteamericana de los gobierno pro yanquis,( incluido el argentino), le sirve la mesa a su voracidad. Estamos cursando una etapa del desarrollo histórico, que nos pone ante el “fantástico” espectáculo de la crisis capitalista de carácter civilizatorio, es bueno recuperar al Che para plantar bandera en la idea, que hay que construir una nueva forma de organización de la sociedad, porque cada vez va quedando más claro, que el desarrollo de las fuerzas productivas, no solo pueden llevar a la destrucción del capitalismo, sino a la destrucción de la especie humana. La batalla por el Socialismo y el Comunismo, se torna así en una pelea en defensa propia y en una apuesta por un futuro de justicia para el mundo.

El marxismo no viene a plantearle a la humanidad la resolución de todos sus problemas, sus pretensiones son muchos más modestas como diría Ernest Mandel: de los mil problemas que se han visto enfrentados los hombres desde que existen, apenas se proponen resolver media docena: a) suprimir a escala mundial el hambre, la miseria, la falta de bienes necesarios para la supervivencia, b)sustituir la producción de mercancías y la economía monetaria por una economía basada en la satisfacción directa de las necesidades; c) hacer imposible la guerra y la utilización masiva de la violencia, d) eliminar cualquier forma de explotación, opresión, sometimiento, violencia del hombre por el hombre; e) abolir la división de la sociedad en clases y con ella también su separación en productores y administradores, la propiedad privada, la lucha competitiva orientada al enriquecimiento individual, y la escisión congruente con ella de la humanidad en estados nacionales hostiles entre sí y lograr un sistema de cooperación y solidaridad humana general y universal; f) asegurar a toda mujer, a todo hombre, a todo niño las premisas materiales y sociales para la plena realización de sus posibilidades humanas. Esta media docena de problemas que podemos resolver, harían sin lugar a dudas un mundo mejor que el que hoy vivimos, aún cuando se estuviese lejos de resolver todo los problemas. En un nuevo aniversario de su natalicio, reafirmamos nuestro sentido de horizonte, y con el Che decimos que ningún fracaso, ninguna derrota parcial va a mermar nuestras fuerzas, ni nuestras convicciones; por eso somos optimista en el triunfo definitivo de los pueblos, que se alzaran luminosos bajos nuevos símbolos, bajo el símbolo de la victoria, bajo el símbolo de la construcción del socialismo, bajo el símbolo del futuro.

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