Durante la reciente visita ocular en el marco de un juicio por crímenes de lesa humanidad (Juicio Garachico), pudimos observar, al ingresar al RIM 7 de Arana, un cartel que reivindica, entre otros crímenes, la participación de militares de esa guarnición en la represión al intento de copamiento del RIM 3 de La Tablada de parte del Movimiento Todos por la Patria, en 1989. (Por La Retaguardia – Redacción: Fernando Tebele)

Un gran cartel se hace visible apenas se ingresa al cuartel del Ejército en Arana. Allí se destaca la historia del Regimiento de Infantería Mecanizada 7 desde su conformación. Se mezclan batallas independentistas con cacerías de pueblos originarios. También se señala que «fue la primera Unidad que intervino en la recuperación de los cuarteles de Monte Chingolo (23/12/75) y de La Tablada (23/01/89) ambos copados por delincuentes subersivos». Escrito así de mal, además. Próximamente habrá un juicio por los crímenes del Ejército en Monte Chingolo. En el caso de La Tablada, el TOF N°4 de San Martín ya determinó en 2019, en el primer juicio por las desapariciones ocurridas allí, que en el accionar de las fuerzas del Estado se cometieron delitos de lesa humanidad, y condenó a perpetua al General Alfredo Arrillaga, jefe militar de la represión.

El presidente Alberto Fernández dijo hace poco tiempo que ya no quedan oficiales del Estado terrorista en el Ejército actual. Es verdad. El problema es cuáles son los héroes y quiénes los villanos para la nueva oficialidad. El cartel lo expone con brutalidad. Y a esta altura resulta inadmisible que se festejen las acciones desaparecedoras con tanta naturalidad.

En este nuevo aniversario de La Tablada, en el Ejército no hablarán de José Díaz, Iván Ruiz, Carlos Samojedny y Franciso Provenzano; peor que eso: los nombrarán como «delincuentes subersivos».  Los 4 permanecen desaparecidos.

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