El jueves 21/04, desde la histórica Plaza 25 de Mayo de Rosario, que levanta el recuerdo de la lucha por los desaparecidos, por las víctimas de la violencia del Estado, concentraron y marcharon familiares y amigos que integran la Asociación Civil Carlos «Bocacha» Orellano. Movilizaron una vez más para seguir exigiendo el esclarecimiento y justicia por el joven que apareció muerto en el Río Paraná, dos días después de haber asistido al boliche Ming River House el 24 de febrero de 2020. Hasta allí llegó la marcha, el lugar donde los testigos afirmar que Bocacha fue sacado aquella noche a golpes por patovicas y policías y arrojado al agua. Fotos y texto por Hernán Rades para ANRed.
Edgardo Orellano, papá de Bocacha, en declaraciones a ANRed, denunció que quieren otorgarle la libertad a los detenidos, implicados en la muerte de su hijo. Y aclaró que desde un inicio la causa está plagada de irregularidades y encubrimientos.
Los patovicas, Fabián Maidana y Emiliano López y los policías, Gabriel Nicolossi y Karina Gómez que cumplian adicionales en el boliche esa noche, hasta el momento son los únicos imputados, aunque también se encuentran implicados como acusados el jefe de la comisaría 2°, Pablo Alejandro Bagli y la sumariante Brenda Leis, quien retenía en su bolsillo la primera denuncia de una persona que había caído al río esa noche.
“Resulta que luego de dos años de esperar que vengan los resultados de Buenos Aires, todas las muestras que se enviaron fueron arruinadas, antes de salir de acá. No se pudo hacer el ADN de la sangre, no pudieron encontrar rastros biológicos en ella”, declaró Edgardo como un elemento más de la cadena de irregularidades y obstrucción en el esclarecimiento de la causa, que viene denunciando la familia.
Según Orellano, el fiscal hizo la acusación para que queden presos los dos policías y los dos patovicas, pero dejando de lado la complicidad del propietario del boliche, Guillermo Woelflin.
En caso de Bocacha recuerda al de Pichón Escobar, que salió del boliche la tienda, según testigos y cámaras, siendo golpeado por patovicas y policías, apareciendo días después en el Río. En Rosario son muchos los nombres de las vidas arrebatadas por la violencia estatal y sus encubrimientos.